Cuando tenemos una hoja en blanco en el computador y nos enfrentamos a la tarea de elaborar un texto escrito surgen diversos interrogantes: ¿Cómo empezaré? ¿Cómo y de qué forma desarrollaré mis ideas? ¿Cómo concluiré? ¿Escribiré un buen documento? A partir de estas preguntas, y con base en mi experiencia en enseñanza de redacción básica, presento cinco recomendaciones básicas para elaborar un texto claro, coherente y escrito de forma correcta.
Elabore un plan. Es fundamental planear la producción del texto porque esto permite tener clara la ruta que van a seguir sus ideas de forma ordenada y clara. Antes de empezar a escribir, piense en el objetivo de su texto y a quiénes está dirigido. A partir de ello, esboce un sencillo esquema donde estén definidos aspectos puntales del texto: idea central, distribución de las ideas secundarias, organización del texto con subtítulos de apoyo, extensión del texto, entre otros aspectos. Lo importante es que el escrito corresponda al resultado de un trabajo previamente pensado y definido porque la improvisación se refleja desde la primera línea. Planificación del texto
Sea coherente. Esta es una propiedad textual que le permite al escritor desarrollar los enunciados con un sentido completo y único, es decir, conseguir que las ideas se refieran a una misma realidad. Por lo tanto, exprese en un orden lógico sus planteamientos y procure que sea evidente para el lector el hilo conductor o la continuidad de su texto. Evite desarrollar varias ideas a la vez porque este desorden pude generar un texto inconexo e incongruente. Por lo tanto, utilice adecuadamente los marcadores textuales o palabras conectoras, para ligar y encadenar su texto como un todo. Propiedades textuales
Sea conciso. Uno de los mayores escollos en los redacción de textos es poder plantear de manera precisa y exacta los enunciados del pensamiento. Para lograr ser conciso en la expresión de los conceptos es importante evitar la repetición de palabras en un mismo párrafo así como los errores de concordancia. Por lo tanto, utilice un vocabulario amplio y variado que le permita comunicar de forma puntual y precisa. También, tenga clara la estructura de su texto para que no incurra en la repetición de una misma idea sin ningún propósito específico sino por falta de cohesión en las palabras.
Escriba bien los párrafos. Se suele definir el párrafo como un conjunto de oraciones relacionadas que desarrollan un tema único. Tiene una identidad gráfica porque se distingue visualmente en la página, empieza con mayúscula y termina con punto y parte. Tiene una unidad significativa porque trata un aspecto en particular que se relaciona con el resto del texto. El párrafo es una unidad intermedia superior a la oración e inferior al apartado o al capítulo. En los textos breves, de dos páginas o menos, el párrafo es trascendental porque como no hay otra unidad jerárquica que clasifique la información, por lo tanto el párrafo se convierte en el único responsable de la estructura global del escrito. Tenga presente que en cuanto a la extensión no hay directrices absolutas. Sin embargo, los manuales de estilo recomiendan brevedad y sugieren alguno topes: un máximo de 150 palabras o de 20 líneas. Sin embargo, un párrafo en promedio puede contener entre cinco y ocho líneas y, aproximadamente, 120 palabras. Ver video.
Respete las normas. El cuidado y buen uso de las reglas gramaticales y ortográficas ayudan en la elaboración de un texto con corrección. Cuando dude, consulte en el diccionario de la lengua española para que su escrito no tenga faltas de acentuación ni de ortografía. Los errores más frecuentes se presentan en el uso equivocado de los signos de puntuación, la indebida utilización de los tiempos verbales, y los desaciertos en el uso del relativo que, la voz pasiva y el gerundio, entre otros aspectos. Por lo anterior, es importante no descuidar el uso de las normas del idioma castellano para asegurar que las ideas están plasmadas conforme a sus exigencias. Diccionario de la lengua española
Por: Fadhia Sánchez Marroquín