Campus Party 2012
“No seremos completamente humanos hasta que nos integremos a las máquinas”. La sentencia es de Paco Ragageles, cofundador del Campus Party que ya alcanza su sexta versión en la ciudad de Bogotá. En su pasada edición miles de jóvenes colombianos se dieron cita en un encuentro de convivencia dentro de lo que se denominó el área de “inclusión digital”, donde muchos neófitos se arriesgaron a recibir su “bautizo tecnológico”. La importancia académica y científica del evento, respaldada por el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones y del SENA, ha sido indiscutible desde su creación, y para la versión de 2012 contó, entre otros científicos internacionales, con el Dr Raúl Cuero, colombiano colaborador de la NASA.
¿Cómo se logra movilizar voluntariamente cerca de 5000 jóvenes universitarios en una convención, pagando por estar concentrados de camping en el corazón de una ciudad inhóspita, sometidos a pruebas y competencias, a proyectos complejos de investigación y cibernética? Ya quisieran nuestros claustros universitarios, encontrar tal nivel de respuesta a convocatorias de formación o investigación que demandan la iniciativa misma del estudiantado. El componente lúdico del campus party parece ser el principal ingrediente para su éxito; sin embargo, cuando se examinan los ingredientes de la “fiesta tecnológica”, se está ante un universo altamente sofisticado de roles y de alta velocidad de competencias con las herramientas digitales.
Estamos sin duda frente a la maduración de una era que se fue filtrando desde los entornos más domésticos y privados, para incrustarse en todo el sistema social, del cual la academia no debe hacer caso omiso. Se habla claramente de las “smart cities” como el destino que nos albergará idealmente en un futuro, y de los internautas como esa nueva raza que definirá este, como su mundo real cristalizado por el lente de la tecnología. Una nueva generación que tiene todo su tiempo para arriesgarse en aventuras de conocimiento y en juegos de experimentación que Campus party, ha sabido interpretar, como debiera ser interpretada por los campus académicos universitarios para conciliar el placer por el descubrimiento que mueve a la juventud, con la generación de escenarios de participación creativa, que canalicen la inclusión digital en los procesos educativos de la formación académica.
migración en masa al placer del conocimiento
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