De la universidad de la información a la universidad del conocimiento

Por Jorge enrique lozano pinzón, docente – e-mail

“Por primera vez en la historia, la generación joven domina mejor que la generación adulta una tecnología y esto tendrá, necesariamente un impacto en la transformación superior […] La juventud es de por sí portadora del futuro, al igual que las nuevas tecnologías que dominan con tanta facilidad.” (Silvio, 2000).

Los estudiantes, dentro y fuera de la universidad, están usando la red internet para diversión, obtener información y para socializar con otros jóvenes. Actividades que también ayudan en su formación. Sin embargo, padres de familia y profesores se están quejando de la manera como estas herramientas tecnológicas de comunicación se están volviendo obsesivas para los jóvenes. Entonces, el reto para la educación formal, no consiste en lograr que los estudiantes migren hacia las Nuevas técnicas de información y comunicación (Ntics), sino en integrarlas con las Tradicionales tics, la oralidad y la escritura.

 

¿Cómo hacer para que los estudiantes no anden como unos Zombis, enajenados por el Blackberry?

Esto se puede ver en las estadísticas sobre uso de la Internet. El 60% del total de usuarios, lo hacen por diversión, a medida que disminuye el rango de edad el porcentaje relativo aumenta (Polo, 2000). Lo mismo pasa con la búsqueda de información, utilizada para resolver tareas escolares, el porcentaje aumenta para el rango que comprende a los jóvenes entre 12 y 20 años. Para uso en comunicación y sociabilidad no hay cifras pero  se sabe que canales tipo Facebook y los Chats,  usados para comunicación informal,  han tenido mucha acogida.

Por otra parte, si se implementan las Ntics en el aula, sin ninguna otra referencia, se puede caer en un Diseño Instruccional de las asignaturas. En este, conductista y centrado en el profesor, el estudiante realiza un aprendizaje de tipo secuencial, con guías a seguir paso a paso; su conducta es modelada, limitándose a seguir instrucciones, y es evaluado según la conducta observable (Polo, 2001).  Por ello la implementación debe ir acompañada de un cambio en las prácticas docentes y de los modelos pedagógicos.

Para realizar la migración de la información hacia el conocimiento, se debe modificar el ambiente de aprendizaje. Esto se puede lograr haciendo que el estudiante encuentre motivos para aprender. No la motivación extrínseca, que se explica porque el estudiante aprende, no tanto, porque le gusta la asignatura o carrera, sino por las ventajas que ésta ofrece. Sino la motivación intrínseca, basada en que se realiza una actividad por el placer y la satisfacción que se experimenta mientras aprende, explora o trata de entender, algo nuevo (Aguirre, 2009).

Para que la educación en la universidad no se quede en la transmisión de conocimientos, sino que propenda la capacidad de producirlos y desarrollarlos, es necesario que el estudiante encuentre interés por la tarea que esté desarrollando, tanto por sus contenidos como por los conocimientos. Estos últimos, deben relacionarse con situaciones y problemas próximos al estudiante. Es decir, que el aprendizaje le resulte significativo, por consiguiente motivante. Esto se puede lograr usando las Ntics, o sin ellas; pero usándolas, el ambiente de aprendizaje es más cercano al estudiante, aunque en algunos casos, lejano al profesor.

Enlace a la revista REME sobre motivación y emoción

Aguirre, Olga María. 2009. Motivación e interés.  Universidad Kino. Lic. Ciencias de la Educación. Hermosillo, Sonora.

Polo, Marina. 2001. El diseño instruccional y las tecnologías de la información y la comunicación. Docencia Universitaria, Volumen II, Año 2001, Nº 2. SADPRO – UCV, Universidad Central de Venezuela.

Silvio, José. 2000. La virtualización de la universidad, ¿cómo transformar la educación superior con la tecnología?, colección Respuestas, Caracas: IESALC/UNESCO, consultado en Diciembre del 2010.