Aunque pueda sonar paradójico, la virtualidad es una realidad. La transformación de los medios de información y de la mano de los espacios, las vías, los contenidos y las formas comunicativas, ha permeado cada espacio de la vida individual y colectiva. La fugacidad del cambio y pseudo-necesidad de “estar conectado”, ha transformado también las concepciones de sujeto, de actualidad, de interacción, de tiempo y de espacio; incluso de conocimiento y por tanto del ciclo vital de transmisión, enseñanza-aprendizaje.
De este modo, la realidad de los espacios de interacción en torno al conocimiento se ve atravesada por un nuevo paradigma, el de la virtualidad. De esta forma, ante un escenario de cambio ha sido necesario pensar en nuevas formas de enseñanza-aprendizaje, aspecto para el cual el desarrollo de las TIC y sus intentos de incorporación al aula y “aula virtual”; son un eje central para el cambio.
No obstante, se enfrenta un reto abismal, tan profundo como la historia misma, la diferencia generacional, el veloz avance de la ciencia y la tecnología contra el lento avance de las conciencias, una sociedad desigual, altas tasas de deserción y analfabetismo, bajas capacidades cognitivas, pobre motivación e interés, mediocridad, sistemas de evaluación ineficientes, criterios de calidad por revisar etc.
De modo que se hace necesario un docente real para la virtualidad. Un docente reloaded, que sepa conocer, hacer y actualizar, familiarizado con la comprensión de las metodología activas, con la autonomía, con las formas de motivación intrínseca y extrínseca, con adecuadas relaciones interpersonales, calidad humana y compromiso ético. Con lineamientos claros acerca su rol de orientador, de guía, de mediador, de facilitador, de administrador de recursos y diseñador y productor de contenidos.
Así mismo, con competencias básicas sobre el área de estudio, competencias para aplicar el conocimiento, analíticas, de aprendizaje y actualización, investigativas, de resolución de problemas, de manejo de software. Y, ante todo, finalmente cabe decir, un docente real para la virtualidad es un docente que se comprende a sí mismo y sobre todo a su entorno, sus estudiantes y su realidad.
Bibliografía
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