Tal vez el regalo que le dieron sus padres de grado, como contador público de la Universidad de Ibagué, cambió el rumbo de su vida. Estudiar en Inglaterra durante un año, le permitió a Héctor Godoy explorar el mundo, vivirlo y saber cuáles eran los retos y los desafíos para la vida profesional. “Fue una experiencia de vida enorme que me permitió conocer otras culturas, formas de vida y de pensamientos completamente opuestos al nuestro, y a la vez tan similares… Conocer otros contextos culturales y hablar con personas de otros países es demasiado enriquecedor. Además, se aprende a administrar no sólo los recursos económicos, sino la vida misma”.
En 1997, como estudiante de tercer semestre de Contaduría, presentó pruebas para trabajar en la Universidad. Contaba con la experiencia en la banca y como dice, fue una decisión trascendental: “Proyecté mi vida a 10 años y sacrifiqué dinero por aprendizaje y experiencia”. Gracias a Carlos Isaccs, su jefe inmediato en ese entonces, Héctor comenzó a gozarse el aprendizaje. Desde su primer puesto como auxiliar, haciendo conciliaciones bancarias, hasta hoy como docente de tiempo completo y coordinador del proyecto internacional TC3, ha podido comprobar lo que significa el sentido de pertenencia y la gratitud hacia una gran escuela como la Universidad de Ibagué.
“Es vital sentir que los grandes retos son difíciles”. Asumió en el 2010 la coordinación del proyecto de TC3, acompañando el equipo de profesores y estudiantes para estudiar las posibilidades de acceder a universidades de mucho prestigio, “pues el esfuerzo que hace la Universidad para fortalecer los lazos internacionales y darle a los estudiantes esas oportunidades, es hoy uno de los grandes retos que tenemos”. “Debemos enganchar a la mayoría para que adquieran las herramientas, guiarlos y sugerir las opciones maravillosas que encuentran como estudiantes de esta Universidad. El factor económico es limitante, pero cada vez es menos. La idea es que se contagien de las experiencias exitosas y se fortalezcan las redes entre ellos. Es un proceso de largo aliento, pero después viene la satisfacción”.
Ya profesores de la Universidad hacen presencia y participan en eventos de trayectoria internacional, además, explica Héctor, que se cuenta con la presencia de docentes internacionales que apoyan las maestrías y dinamizan proyectos de investigación; así mismo, profesores de nuestra institución son invitados a dictar clase en universidades internacionales, y han salido muy bien evaluados: “Ya nos miran con otros ojos”.
“Siempre voy por objetivos”. La maestría que actualmente realiza Héctor Godoy, MBA Service Leadership and Innovation: Rochester Institute of technology – RIT – New York la ve como el nivelatorio para realizar próximamente el doctorado. “El sacrificio y el reto de esta maestría en inglés es muy alto. Pero cuando se trabaja disfrutando lo que se hace y gozándolo, los resultados son la mejor carta de presentación; simplemente dejo que mi trabajo hable por mí”. Su sueño de dictar una conferencia internacional, lo logró el año pasado. Considera que fue el resultado de muchos años de trabajo, de estudio, de sacrificios constantes. “Me gusta transmitirle esto a los estudiantes: las personas del general te identifican, si has logrado cumplir tus sueños”.
Debemos generar confianza
El vínculo universidad-empresa-Estado es cada vez más fuerte. Para Héctor, una de nuestras debilidades como colombianos, o latinos, es que nos gustan los resultados a corto plazo. “Es difícil encontrar una empresa con una visión clara y real a 10 años, pues el esquema de planeación estratégica es débil”. En ese tema, considera que la Universidad es ejemplo de liderazgo, y nos toman como referente desde diferentes frentes, para poder cumplir a cabalidad el rol protagónico en el desarrollo que requiere la región.
Las nuevos empresarios y profesionales están más comprometidos, son soñadores y están dispuestos a asumir riesgos. El papel de la Universidad de Ibagué es primordial en la canalización de acciones de estudiantes y docentes como mediadora, no sólo a nivel nacional sino internacional. Entonces, concluye Héctor, ¿cuál es el problema para dejar tanto pesimismo con nuestro entorno? “Debemos ser nuestros propios motivadores para cumplir con nuestras metas. Estudiantes y maestros todavía se apegan a la instrucción con vicios, resabios y mañas, y abandonamos la proactividad. Una solución: ser constantes y reinventarnos en nuestro escenario académico permanentemente”.
