El aprendizaje colaborativo se basa en teorías cognoscitivas. Es así, como Piaget, describe cuatro factores que inciden e intervienen en la modificación de estructuras cognoscitivas: la maduración, la experiencia, el equilibrio y la transmisión social. Estos se pueden propiciar a través de ambientes colaborativos. En la teoría constructivista (Vigotsky, 1974), el aprendiz requiere la acción de un agente mediador para acceder a la zona de desarrollo próximo, este será responsable de ir tendiendo una plataforma que proporcione seguridad y permita que aquél se apropie del conocimiento y lo transfiera a su propio entorno (Calzadilla, 2009).
Dentro del aprendizaje se plantean trabajos colaborativos, pero no en todos los casos se logra el resultado esperado, como lo expone el autor Pere (Marquès, 2011): “Cuando se trabaja en grupo, muchas veces los estudiantes dividen el trabajo en tareas sencillas y cada uno de ellos hace una parte, esta metodología conocida como división del trabajo o trabajo por relevos, no aporta a la construcción del conocimiento compartido”. La idea es que en el aprendizaje colaborativo exista un trabajo en grupo, el cual se oriente a la adquisición de aprendizajes y se dé autonomía e interdependencia positiva (Johnson, 1991).
Aunque el aprendizaje colaborativo no es el único medio por el cual se llega al conocimiento, por el hecho de ser seres sociales, permite tener ventajas para el aprendizaje como las mencionadas por Martín Moreno (Cerrillo, 2004): a) el aprendizaje colaborativo incrementa la motivación de todos los integrantes del grupo hacia los objetivos y contenidos del aprendizaje; b) el aprendizaje que consigue cada individuo dentro del grupo, incrementa el aprendizaje del grupo y sus integrantes alcanzan mayores niveles de rendimiento académico; c) favorece un mayor retención de lo aprendido; d) promueve el pensamiento crítico (análisis, síntesis y evaluación de los conceptos), al dar oportunidades de debatir los contenidos objeto del aprendizaje; e) la diversidad de conocimientos y experiencias del grupo, contribuye positivamente al proceso de aprendizaje, al tiempo que reduce la ansiedad que provocan las situaciones individuales de solución de problemas.
Por otra parte, las nuevas tendencias globales, han traído consigo el uso de herramientas virtuales para apoyar los procesos de aprendizaje colaborativo. Es así, como surgen las redes sociales como herramientas de colaboración, permitiendo una implicación de los alumnos en la red y la posibilidad de crear grupos cerrados de trabajo. El factor de socialización que permite la Web 2,0, ha cobrado una gran importancia. Anteriormente primaba la información en la red, ahora, son las conexiones entre usuarios, el eje sobre en el cual gira todo el funcionamiento de la Web.
Una de las herramientas usadas actualmente, es la red social de Facebook. Esta se define como una “herramienta social que te conecta con personas a tu alrededor”. Es la segunda red social más grande del mundo después de MySpace. Desde el punto de vista del trabajo en grupo, Facebook proporciona un espacio virtual en el que colectivos involucrados en un objetivo común pueden discutir, opinar, organizar acontecimientos, enviar información, compartir ideas y propuestas, elaborar contenidos, entre otros. Esta plataforma, da inicialmente soporte tecnológico a los siguientes elementos (Cerdà & Planas, 2011):
–– El perfil de grupo, administrado por el creador-propietario de este.
–– El muro del grupo, o tablón de los miembros.
–– Los foros del grupo.
–– Las fotos del grupo.
–– Los vídeos del grupo.
–– Los eventos del grupo.
Cuando se dan permisos de administrador a los miembros de un grupo, todos pueden actuar sin restricciones en cualquiera de sus secciones, a excepción de la de eventos, reservada al propietario o creador del grupo. Por otra parte, los grupos de Facebook permiten tres niveles de visibilidad: pueden ser abiertos, privados y secretos. Los abiertos (son accesibles a todo el mundo, y cualquiera puede registrarse en ellos), los grupos privados (pertenecen a una comunidad cerrada, y a ellos se accede por invitación) y los denominados secretos (no aparecen en los resultados de las búsquedas). Para la mayor parte de los colaborativos basados en tareas, el formato idóneo es el de grupo privado. Desde el punto de vista tecnológico, los puntos fuertes de Facebook para el trabajo colaborativo son:
1) Sencillez y rapidez en la creación y administración de un grupo de trabajo. Un usuario individual crea, desde su perfil privado, el nuevo grupo de trabajo e invita al resto de los participantes.
2) Simplicidad de uso de las herramientas nativas. Las funciones básicas de Facebook (muro, fórum, fotos…) resultan fáciles de utilizar, accesibles, intuitivas y visualmente bien estructuradas.
3) Chat, mensajería y tagging de imágenes. Estas funciones propias de los entornos 2.0 también se encuentran presentes en la red social. Sin embargo, en el caso del etiquetado (tagging), sólo está disponible para las imágenes, y su objetivo inicial es reconocer a personas en fotografías.
4) Elevado nivel de conectividad externa. La extraordinaria expansión de Facebook, la presencia social en la red de marcas y eventos sociales y publicitarios, ha obligado a muchos servicios externos que proveen contenidos a implementar conectividad con Facebook.
5) Capacidad de expansión interna. Gracias al desarrollo de aplicaciones de la propia red y de programadores independientes, los usuarios, así como los grupos, pueden ampliar las capacidades nativas mediante módulos adicionales. Por ejemplo, se puede instalar módulos de calendarios de Google Calendar, listas de tareas (To-do’s), redes de blogs, módulos para fotografías de Flickr, diapositivas de Slideshare, etc.
6) Características de microblogging y lifestreaming. En los sucesivos rediseños de la plataforma se ha puesto de relieve su adaptabilidad al concepto de real time web (web en tiempo real), propio de los conocidos como servicios de microblogging.
7) Potente soporte para el mobile learning. El soporte para dispositivos y sistemas operativos móviles (IPhone, Android, Maemo…) ha constituido uno de los avances más espectaculares de la plataforma. Desde septiembre de 2007, momento en que se abrió el servicio, más de cien millones de usuarios utilizan conexiones móviles con Facebook, y se da la circunstancia de que estos son dos veces más activos en la plataforma que los usuarios que se conectan a través de ordenador.
Las anteriores características de soporte muestran que Facebook es una plataforma tecnológicamente rica, adaptable y expandible, y capaz de soportar experiencias de trabajo colaborativo en comunidades de aprendizaje. Sin embargo, hay que tener en cuenta las carencias que puede llegar a tener en el aprendizaje colaborativo.