“Tenemos autopistas, pero convergemos en caminosde herradura, que son nuestra red”.
Luis Hernando Díaz, ingeniero electrónico de la Universidad Distrital y docente de tiempo completo de Ingeniería Electrónica, nació en Cabrera, Cundinamarca (Páramo de Sumapaz), un pueblo que si no fuera porque allí nació el “Mono Jojoy”, no lo recordaría casi nadie. Después de veintitrés años de trabajo en el ámbito empresarial, dieciséis de ellos en el Cerrejón, decidió buscar una ciudad pequeña para vivir, “con gente amable y buen clima”. Así llegó en el 2001 a la Universidad de Ibagué, para cumplir varios de sus sueños: dedicarse a la docencia y poder practicar su deporte favorito: la maratón.
Cuando ingresó a la Universidad ya tenía las competencias mínimas en tecnologías, con una especialización en “Aplicación de las TIC en la Educación Superior”, de la Universidad Cooperativa de Colombia. “Fui uno de los primeros que acudió a los proyectores para hacer transparencias y diapositivas y lograr mejores presentaciones; utilizaba el Power Point, el Dream Weaver y todas las herramientas de Office; aún era incipiente el uso de internet y el correo electrónico, pero ya comenzaba su incursión”.
Encontró en la Universidad un rechazo inicial por el uso de las herramientas; “pensaban, en ese entonces los compañeros, que perdía tiempo dedicándome a la construcción de las clases, “para eso existía el tablero”, decían, y yo lo utilizaba sí, pero para el desarrollo de los problemas. De esa forma, las gráficas o videos hicieron que la información fuera más efectiva y amable, y en unas guías para la nueva dinámica que exigían los jóvenes en ese momento. Para desarrollar las clases y plantear los temas complejos, las herramientas me ayudaron en el proceso de innovación”. Así, cuando llegó el video bean, se convirtió en el cliente número uno, “era famoso en ayudas educativas, porque hacía mis reservas con una semana de anticipación”.
Lo básico está incipiente
En el 2006, el profesor Díaz realiza la maestría en electrónica: “Aplicación de las TIC en Ingeniería”, con la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas, en Santa Clara, Cuba. Mi mayor experiencia ha sido el trabajo y los “miles” de estudios que durante estas décadas he realizado, dice, lo que consideramos le da credibilidad para afirmar que en la Universidad: “Tenemos autopistas, pero convergemos en caminos de herradura, que son nuestra red”.
Así mismo, plantea que los cableados no son certificados y esto es primordial para asegurar que los datos corran a la velocidad que se requiere. Entonces, lo básico está incipiente y hay que buscar el desarrollo óptimo de la red, porque para implementar las TIC en la educación se necesita que todo el sistema funcione. Se requiere eficiencia, con una organización adecuada, mantenimiento y docentes entrenados. El rector sabe la importancia de esto”.
El profesor Díaz está en el grupo de los diecisiete profesores que actualmente se preparan con el proyecto Ávaco, para rediseñar sus cursos e implementar las tecnologías al proceso de enseñanza y aprendizaje. Afirma, que Ávaco tiende a ese sentido y es lo que necesitamos. Es una unidad funcional de la Universidad que está en la tarea ineludible de aplicar las TIC a la educación. “La creación de Ávaco ha sido vital para la Universidad por ser un centro de innovación educativo que desarrolla este proceso de incorporación de tecnologías y rediseño de cursos de los docentes. Es importante que se cuente con un grupo que proyecte los materiales didácticos; que la administración cambie, apoye y se ajuste a estos nuevos proyectos, no lo contrario; que exista un buen grupo de mantenimiento, para asegurar y proteger los sistemas; una buena infraestructura de datos, que permita la transmisión de la información y, necesariamente, que todo esto sea integral.
El cambio hacia la web 2.0 es reciente y significativo
La comunicación es el medio o la forma como se transmite la información. Desde el punto de la tecnología, vamos hacia la convergencia total de las comunicaciones. En este momento, en el cableado estructurado, que es donde se transmite la información, convergen todos los medios. Así, podemos pensar que el principio de las herramientas es el mismo, lo que considera el profesor es que se han simplificado, porque “no podemos olvidar que la tecnología evoluciona todos los días y tenemos el compromiso de adquirir los conocimientos que nos permitan, como el correo electrónico, mantener una comunicación más eficaz e integrada con los estudiantes”.
Puede existir la llamada “Brecha digital” pero, personalmente, aunque sea mayor estoy abierto a recibir información y a utilizar las herramientas tecnológicas”. A veces los estudiantes tratan de subestimar lo que hace el profesor, pero cuando tienen la oportunidad de ver la aplicación, cambian de idea. En la asignatura Comunicaciones Digitales, manifiesta que encuentra que los muchachos al principio creen que conocen todo y no necesitan ese conocimiento del maestro; pero en la marcha entienden lo contrario, especialmente en los primeros parciales.
Aunque existan otros programas en la Unibagué que tienen en la actualidad más demanda, en los exámenes Ecaes el programa de Ingeniería Electrónica está entre los diez primeros, incluyendo todas las universidades de Colombia. “Es un programa muy interesante y éste un buen indicador. Pero considero que la industria debe creer más en la Universidad, y ésta lograr que la industria y los estamentos que requieren de nuestros servicios, valoren más el trabajo de los estudiantes para el desarrollo y productividad de una región. Los chicos de aquí se tienen que ir, prefieren contratar gente foránea. Nuestros estudiantes tienen unas competencias que son importantes para el desarrollo regional”.
“Soy jovial, no me afecto cuando me miro en el espejo”.
El profesor Díaz sonríe cuando hablamos de deporte, es su pasión después de la docencia. Las maratones comenzaron cuando trabajaba en Barranquilla y una amiga lo invitó a trotar. “Ante todo encontramos el calor humano en esa tierra; nos explicaban con paciencia los elementos adecuados para caminar… una cuadra, un cuarto de hora, tres o cuatro horas, y lo practicaba con toda la familia. “Hoy, es parte de nuestras vidas. Participar en maratones es una satisfacción grande y un reto de esos que cumplidos, son gratificantes”. Acaba de participar en la media maratón de Bogotá, de 22 kilómetros, donde gente más vieja o más gorda estaba presente, “pero lo importante y especial de esta participación, es el apoyo que se recibe del público; en varias ciudades se apoya este deporte, aquí en Ibagué, todavía se burlan y no respetan. Pero lograr una felicitación hace que se cambie la parte competitiva por la recreativa. Para mí es recreación y poder pasar un rato sabroso”.
No extraña la vida empresarial por la presión que se ejerce sobre los trabajadores para cumplir los compromisos de producción. Piensa que la academia es la actividad ideal para capacitarse y actualizarse en la vida profesional, “aquí debemos ser exigentes y tener un alto nivel de compromiso para educar a los jóvenes; tenemos que cumplirles, y siento placer al entender las cosas y poder transmitir los conocimientos. Las oportunidades son infinitas y se puede estar al día con la tecnología. Lo importante no es lo económico: es la felicidad”. No importa lo mucho o poco que se reciba económicamente, asevera, hay que disfrutar la vida en la academia donde se tienen grandes compensaciones: menos estrés y más vida, “tal vez ese sea el secreto del éxito, para no afectarme cuando me miro al espejo”.