La vida de “Chico” ha estado marcada por dos pasiones que cuenta fluidamente con su acento costeño. Cuando pequeño, junto a su padre quien trabajaba en la Flota Mercante Grancolombiana, pudo comprar el primer disco de salsa, en la voz de Orlandro Contreras, para iniciar una colección de discos salseros que hoy suman más de cuatro mil ejemplares, entre casetes, videos y LP. Así, le puso “salsa” a su vida. Y, luego, profesionalmente, con una licenciatura en química y más tarde como “químico puro” de la Universidad Libre de Bogotá, encontró en el colegio de bachillerato de esta institución la oportunidad de enseñar: “Tuve la ventaja de que me gustara la docencia”. Después de 20 años de estar en la Universidad de Ibagué, Alfonso Escárraga sostiene, alegremente, que es docente por vocación y no por obligación.
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