El presente escrito fue resultado de algunas reflexiones alrededor del documento: ”Retos de cambio para la universidad contemporánea“que se compartió en el Consejo Superior, cuando era Representante de los Profesores, a raíz de la presentación del proceso de transformación curricular en nuestra universidad.
En general estimo que la transformación de la vida universitaria es una necesidad apremiante, pero que debe darse en las dos direcciones: Primero, con políticas bien definidas de las instituciones y con el entusiasmo y la experiencia de la comunidad universitaria, en éste sentido no es tan urgente “el qué” estudiamos ( entiéndase conocimientos a través de contenidos pues éstos por ahora están bien definidos), ni “el cómo” estudiamos (didácticas y metodologías revolucionarias) sino “el para qué” estudiamos (competencias en su amplio sentido de contexto ), es ahí donde debemos trabajar mas rápidamente con nuestros estudiantes, y en muchos casos con los padres inclusive, pues debemos siempre tener presente la condición de ser social de los estudiantes y el ambiente donde se desenvuelven la mayor parte de su tiempo.
De lo anterior, se desprende la necesidad de establecer políticas universitarias claras sobre Créditos y Competencias. En segunda instancia, no hacer filosofía del tema y mucho menos dedicarnos todos a profundizar en su teoría, la cual está bastante estudiada y difundida, será aplicar éstas teorías; donde podamos acumular experiencias y socializarlas, ya que en un grado elevado de ellas, las ramas ingenieriles no nos vemos reflejados, como sí las ramas humanísticas. Para esto se hace necesaria una profunda transformación curricular, la cual en nuestro programa ya hemos comenzado a realizar de forma evolutiva, y no revolucionaria como algunos plantean. Entiendo que estos primeros pasos son base para pensamientos más revolucionarios en la universidad contemporánea.
Para la interacción de diversas carreras, disciplinas o como queramos llamar a la organización del conocimiento (necesario en el presente), es necesario como planteara el Rector….. “La conversación fructífera de profesionales…”, para ello se requiere que cada uno domine e interprete su área de conocimiento y pueda explicar y aplicar sus conocimientos, no atiborrando en la semántica al contrario (contrario dialéctico) lo que es muy común en nuestro medio, y en muchos casos es la causa de la falta de colaboración ínterdisciplinar.
Tercero, la flexibilidad de los estudiantes en la conformación de sus planes de estudio es sin duda otra necesidad que apoya la transformación curricular, así como la necesidad de disciplinas integradoras en los planes de estudio que posibiliten los espacios para la acción ínterdisciplinar (podemos ver la experiencia cubana al respecto y tomar lo positivo), por ello respaldo totalmente la propuesta de un semestre de trabajo social como requisito para obtener el grado profesional, posteriormente esta idea devino en el semestre de Paz y Región.
De esta forma, como comenzamos la reflexión, termino puntualizando que la transformación curricular es una necesidad y no una moda, pero la necesidad hay que verla en su sentido dialéctico para que se transforme en una realidad consecuente con la vida actual.
Rodolfo Gutiérrez González
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